La crisis, la propagación de las grandes cadenas y el fin del alquiler de renta antigua han provocado la extinción del pequeño comercio en todas las ciudades españolas. Numerosos son los comercios tradicionales que cierran días tras día, perdiendo así nuestras ciudades su memoria e identidad.

La falta de medidas de protección amenaza con la desaparición de todos nuestros antiguos establecimientos. Algunos ayuntamientos ya han tomado conciencia de la importancia que tienen y comienzan a protegerlos por su valor patrimonial y singularidad. En Barcelona, por ejemplo, se ha elaborado el Catálogo de Protección del Patrimonio Arquitectónico, Histórico-Artístico y Paisajístico de Establecimientos Emblemáticos de Barcelona y se han protegido 228 antiguos comercios. También la ciudad de Madrid comienza a proteger sus locales más antiguos, como es el caso del histórico Café Comercial cerrado después de 128 años de actividad. El próximo negocio que se instale en el local, sea cual sea, deberá conservar su arquitectura y ornamentación originales.

El objetivo de estas medidas es que aunque el establecimiento cambie de actividad, se conserven tanto la fachada, como los elementos del interior: rótulos, mobiliario, la decoración, etc.

En cambio, en la gran mayoría de la ciudades españolas no se protegen y son pocas las       iniciativas que dan a conocer este Patrimonio. Ante el desconocimiento y la falta de protección legal, estos bienes patrimoniales tan vulnerables van rápidamente desapareciendo.

En la capital cántabra, uno de los últimos comercios antiguos en cerrar ha sido la ferretería Jacobo Díaz, tras 89 años de actividad en la calle Hernán Cortés.  En el local de la antigua ferretería se ha intalado la conocida panadería/cafetería Gallofa&Co.

                      Imagen del local en obras, con los anuncios al descubierto.                      Fuente: Blog Escenas de Santander.

Para asombro de todos, durante las obras de reforma reaparecieron  bajo las vitrinas de la fachada exterior los antiguos anuncios de la ferreteria. Por suerte, en la Gallofa lo tuvieron claro desde el primer momento: había que conservar esta pequeña joya, incorporar la historia del local para dar valor añadido al nuevo establecimiento.

Son pocos los casos donde el nuevo negocio apuesta por conservar los elementos del antiguo comercio, por eso queríamos mostraroslo. Quizás las buenas prácticas se contagien, y este ejemplo anime  otros.

  Imagen del local en la actualidad.

 Hablando de tiendas y patrimonio tenemos que hablaros de Fede, creador de Santatipo, un proyecto de documentación de los rótulos historicos de Santander. Nosotros somos desde hace tiempo seguidores del importante e interesante trabajo que realiza.

Podéis seguir sus pasos en el blog  http://santatipo.es/ y redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram.

Y hablando de tiendas, patrimonio y redes sociales, el pasado 12 de diciembre tuvimos la suerte de participar en #IGCCaféyLetras, un encuentro para Instagramers organizado por @Igerscantabria con la colaboración de @LaGallofa donde Fede nos enseñó esos rótulos, anuncios y carteles históricos que forman parte del paisaje urbano y que a menudo pasan desapercibidos.

Desayunando en La Gallofa, escuchando muy atentamente a Fede. Imagen de Jorge Rey.

(Podéis ver más imágenes de Jorge Rey en su perfil de Instagram y blog https://jorgereyfotografia.wordpress.com/)

Os dejo con más imágenes de la visita, seguro que a partir de ahora miraréis con otros ojos la ciudad:

Y aprovecho para desearos unas felices fiestas, ¡hasta el año que viene!