Ya lo advertimos hace más de un año, la caseta de bombas del dique de Gamazo no se iba a convertir en un centro de interpretación, sino que acabaría siendo una cafetería. En lo único que nos hemos equivocado ha sido en la tipología hostelera, en realidad será un asador marinero.

Resulta lamentable que las instituciones responsables de velar por la conservación de nuestro patrimonio permitan atentados de este tipo. En su momento planteábamos la difícil convivencia entre un centro de interpretación y un cafetería; como era previsible lo primero sobra.

En la noticia que publica El Diario Montañés, el Ayuntamiento de Santander va más allá incluso, ya que parece que es partidario de permitir la instalación de una terraza al aire libre para «dar vida social a la zona», ¡olé, olé, olé!

Se encargaron de que todo vestigio del pasado portuario y marinero desapareciera con motivo del Mundial de…